Este gran poema Homérico relata sucesos legendarios o históricos de la importancia universal o nacional.
Homero en la Odisea narra los trabajos y sufrimientos a que,por voluntad de los dioses, fue sometido Ulises,rey de Itaca,cuando ya vencida Troya por los griegos, después de diez años se embarcan en sus naves de regreso a su patria. No habría de terminar allí a continuación el personaje principal, sufriría una serie de dificultades,aventuras y problemas.
La Odisea de Homero
lunes, 16 de abril de 2012
Canto I: Los dioses deciden en asamblea el retorno de Odiseo.
Pedido del poeta a la musa para que empiece el relato del héroe Ulises que vagó tanto tiempo después de la destrucción de Troya y que se encuentra lejos de su país y de su esposa en una cueva en el poder de Calipso que le quería para marido. Durante la reunión de los dioses con la ausencia de Poseidón que había ido al país de los etíopes a un festín de toros y carneros; Atenea habla en favor de que Ulises regrese a su hogar. Zeus y los demás dioses están de acuerdo. Atenea disfrazada del rey Mentes desciende a Itaca para arengar a Telémaco, hijo de Ulises, a que vaya a buscar a su padre. Su casa está llena de los pretendientes de su madre, Penélope, quien ha retrasado la decisión de volverse a casar. Telémaco le explica a Atenea, que los pretendientes destruyen su casa y sus posesiones. Mentes o Atenea predice el regreso de Ulises y le dice que actúe como un hombre y que presente su caso a la asamblea. Penélope oye desde lo alto de la casa una canción que la entristece y baja a pedirle al bardo Femio que deje de cantar. Telémaco aprovecha la ocasión para reafirmarse a sí mismo y le dice a su madre que suba a sus habitaciones y le deje esos asuntos a él pues tiene el mando de la casa.
Canto II: Telémaco reúne en asamblea al pueblo de Itaca.
Telémaco, incitado por Atenea-Mentes, reúne la asamblea del pueblo, donde expone su pretensión de viajar y trata de arrojar del palacio a los pretendientes. La situación es doblemente dramática. En la asamblea los pretendientes señalan que han descubierto los trucos de Penélope para retrasar la boda y que ésta debe casarse inmediatamente, pero al mismo tiempo el adivino Halitersis afirma que Odiseo vive y está cerca, sembrando la muerte contra los pretendientes. Telémaco pide a éstos una nave que le es negada, pero se la ofrece Méntor, realmente es Atenea disfrazada.
Canto III: Telémaco viaja a Pilos para informarse sobre su padre.
Con los compañeros y la nave que le ha proporcionado Atenea-Méntor, Telémaco marcha a Pilos. Allí Néstor le cuenta los regresos de los aqueos que él vio, pero no le puede dar detalle alguno del de Odiseo. Sin embargo, en sus parlamentos introduce el leit-motiv de la muerte de Egisto a manos de Orestes, y le da esperanzas de que Odiseo puede volver. Le aconseja que marche a Esparta a informarse, ya que Menelao es el último que ha regresado; al mismo tiempo le ofrece un hijo suyo como acompañante y un carro.
Nave en la que Telemaco viaja a Pilos.
Nave en la que Telemaco viaja a Pilos.
Canto IV: Telémaco viaja a Esparta a informarse sobre su padre.
En Esparta, Telémaco conversa con Menelao, quien le cuenta su propio regreso y las peripecias que le acompañaron. Otra vez se insiste en la muerte de Egisto y ya se le ofrece a Telémaco una primera noticia importante: Odiseo no ha muerto, vive en Ogigia, como le contó a Menelao el viejo del mar Proteo.
En Itaca los pretendientes se inquietan cuando descubren la marcha de Telémaco y le preparan una emboscada para matarlo cuando regrese.
Canto V: Odiseo parte de la isla de Calipso y llega a la tierra de los feacios.
Nueva asamblea de los dioses. Atenea sugiere que Hermes sea enviado a Ogigia para que se cumpla la segunda decisión de la primera asamblea. Hermes ordena a Calipso que deje marchar a Odiseo. La ninfa ayuda a éste a construir una balsa, le entrega provisiones y le despide. Poseidón, el dios que impedía el retorno de Odiseo porque éste había cegado a su hijo Polifemo, dibisa la balsa y levanta una tempestad. Cuando Odiseo está a punto de perecer, Ino Leucotea le entrega un velo inmortal con el que podrá llegar sano y salvo a tierra en medio del oleaje. Odiseo divisa una isla, Esqueria de los Feacios, y logra con dificultad llegar a la ribera; sube a un bosque cercano y allí se echa a dormir.
Canto VI: Odisea en la tierra de los feacios. Nausícaa.
En un sueño, Atenea visita a la princesa Nausica, hija de Alcínoo, rey de Esqueria, y urgiéndola a tener sus responsabilidades como mujer en edad de casarse. Al despertar, Nausica le pide a su padre un carro con mulas para ir a lavar la ropa al río. Mientras ella y sus esclavas descansaban y jugaban a la pelota, Ulises se despertó y le pidió ayuda a la princesa. Nausica impresionada por su forma de hablar, le da alimento y ropas, y le dice que la siga hacia la casa del rey y cómo pedirle a su madre, la reina, hospitalidad. Le indica un bosque consagrado a Atenea a las afueras de la ciudad donde puede descansar. Ulises aprovecha la ocasión para rogarle a la diosa que lo reciban y lo ayuden a llegar a su patria.
Odiseo y Nausicaa.
Canto VII:Ulises en la tierra de los feacion. El palacio de Alcinoo
Atenea se transforma en niña y conduce a Odiseo, envuelto en una nube, al palacio de Alcínoo. Odiseo entra en el salón, donde están los príncipes de los feacios con Alcínoo y Arete, se dirige a esta y entonces Atenea disipa la nube que le rodea; le suplica y ésta reconoce los vestidos que le había entregado Nausícaa. Extraen a Ceus, protector de los suplicantes, y Antínoo promete tratar al forastero al día siguiente y prepararle una nave y escolta par que regrese. Se marchan lo príncipes, Arete interroga a Odiseo y este le cuenta su llegada a Ogigia y su partida de allí, así como la tempestad y llegada a Eesqueria.
Canto VIII: Ulises en la tierra de los feacios. Canto VIII: Agasajos en honor a Ulises.
A la mañana siguiente lo feacios establecen unos juegos atléticos en honor del héroe; Euríado lo desafía con palabras injuriosas y Odiseo lanza el disco mucho más lejos que nadie. Luego establecen un concurso de danza. El aedo Demódoco canta a los amores de Ares y Afrodita. Finalmente, Alcínoo ordena a los príncipes de los feacios que le hagan regalos a Odiseo, y Euriado, el primero, le entrega, para desagraviarle, una espada de bronce plata y marfil. Los feacios llevan sus regalos y Arete los pone dentro de un arca, regalo suyo; luego ordena a las esclavas que bañen a Odiseo.
Por fin comienza cena en la que Demódoco canta, instigado por el héroe, la estratagema del Caballo de Troya y la destrucción de esta ciudad. Odiseo llora, Alcínoo lo advierte, detiene a Demodoco y finalmente le pregunta quién es y de dónde viene.
Canto IX: Odiseo cuenta sus aventuras: los Cicones, los Lotófagos, los Cíclopes.
Ulises revela su identidad y empieza a contar sus tres años de odisea, empezando desde la caída de Troya hasta que llegó a la isla de Calipso. Navegando desde Troya en doce barcos, llegó a Ismaro, donde saquearon la ciudad de los cícones. Después llegaron al país de los lotófagos, y algunos hombres cayeron en la tentación y comieron loto, con lo cual ya no querían regresar a los barcos y tuvieron que ser obligados. De ahí fueron a la isla de los cíclopes. Ulises les pidió a sus compañeros que lo esperaran en los barcos mientras él iba junto con doce de sus mejores hombres a ver si les ofrecerían hospitalidad. Polifemo, el gigante de un solo ojo, hijo de Poseidón, los encerró y se comió a varios, lo que hizo que Ulises lo engañara y al escapar lo dejara ciego. Polifemo
Cíclope de un solo ojo
Canto X: La isla de Eolo. El palacio de Cirle la hechicera.
Invitados por un mes en la isla de Eolia, el rey de los vientos, Eolo Hipótada, le regala a Ulises todos los vientos dentro de una bolsa excepto el que los puede llevar a Itaca. Mientras duerme, los hombres revisan la bolsa pensando en los tesoros que podría tener y liberan todos los vientos. Llegan a la isla de los lestrigones, gigantes antropófagos quienes matan y se comen a la tripulación de once barcos. Ulises y sus hombres huyen a la isla Eea, donde fueron algunos hombres hechizados por Circe, hija del Sol, que los convierte en cerdos. Ayudado por unas hierbas mágicas dadas por Hermes, Ulises logra oponerse a Circe y libera a sus compañeros. Al cumplirse un año, Ulises le pide a Circe que lo deje partir y lo ayude a llegar a su patria. A lo que Circe responde que primero deben de ir a la morada de Hades para consultar el alma del tebano Tiresias, adivino ciego y lo instruye para llegar sin tropiezos a la morada. Cuando Ulises manda a su tripulación a hacer lo que dice la hechicera, Elpénor, el más joven de todos se resbala y muere.
Canto XI : Ulises continua el relato de sus aventuras antes los feacios
Apenas llegaron del mar a Kimerios, Ulises invoca a los espíritus de los muertos. El primero que aparece es Elpénor que le suplica a Ulises que lo entierre y lo queme. El adivino Tiresias le predice su porvenir a Ulises. Después la madre de Ulises, Anticlea, que había muerto esperando el regreso de su hijo a Itaca. Enviadas por Persefonea, esposas e hijas de héroes quienes le contaron quienes eran. Se interrumpe el relato y la reina Arete solicita se le den obsequios a Ulises. El rey Ancínoo le pide le siga contando las hazañas, y Ulises cuenta como se le acercó Agamenón y le relató su muerte, dándole consejos para que a él no le suceda lo mismo. Aquileo le pregunta sobre su hijo Neoptólemo y sobre Peleo. También vio la imagen del fornido Heracles, ya que él se encuentra con los dioses.
Canto XII: Las sirenas. Ercila y Caribdis. La isla del sol. Ogigia.
Ulises regresó a Eea e hizo lo que le pidió el alma de Elpénor. Circe le dice como manejar los problemas que se le van a presentar. Cuando van a pasar cerca de las sirenas, les tapa los oídos con cera a la tripulación para que no oigan su canto y él mismo se amarra al mástil. Después de que huyeron de Caribdis y de Escila, llegaron a la isla del Sol. Ulises trató de que sus hombres obedecieran lo que Circe había dicho pero no le hicieron caso y mientras Ulises dormía se comieron a las vacas prohibidas. Huyen de la isla pero Zeus los castiga desatando una tormenta que hace que el barco se hunda. Ulises es el único que se salva y llega a la isla de Ogigia, donde Calipso lo retiene siete años.
Ulises y las sirenas.
Canto XIII: Los feacios despiden a Odiseo. Llegada a Itaca.
Acaba Odiseo el relato y se van a dormir. Por la mañana llegan a la nave todos los regalos, retornan al palacio y preparan un banquete. Durante éste, el héroe se muestra inquieto esperando que caiga el sol. Ya por la tarde van a la ribera del mar, ponen un lecho para el héroe en la cubierta de la nave y ésta zarpa.
Llegada de Odiseo a Itaca. Encuentro con Atenea disfrazada de joven pastor, quien le aconseja ocultar las riquezas y dirigirse a la majada del fiel porquero Eumeo. Atenea le convierte con su varita en un viejo mendigo y marcha a Esparta para inducir a Telémaco a que regrese.
Canto XIV: Odiseo en la majada de Eumeo.
Y Ulises se alejó del puerto hacia las porquerizas que le indicó Atenea a buscar a Eumeo, de quien recibe hospitalidad e información de cómo está la situación local. Sin darse a conocer, Ulises disfrazado de mendigo, inventa la historia de que es cretense y le dice que Ulises va a regresar. El duerme en las porquerizas, mientras que Eumeo se va a dormir con los puercos al monte.
Canto XV: Telémaco regresa a Itaca.
Entre tanto, Atenea incita a Telémaco en sueños a que regrese previniéndole contra la emboscada de lo pretendientes. Al despedirse de Menealo y Helena presencian un presagio -un águila llevando entre sus garras a un ganso-, y Helena lo interpreta como Odiseo matando a los pretendientes. Telémaco y Pisístrato, su acompañante, llegan a Pilos, y al separarse se le acerca a Telémaco un adivino, Teoclímeno de Argos, quien le ruega le reciba en su nave, pues anda huyendo por haber matado a alguno de su tribu.
Entre tanto, en la majada, Odiseo, por probar de nuevo a Eumeo, manifiesta su intención de ir a palacio a mendigar entre los pretendientes y comunicar a Pinélope la vuelta de su esposo. Eumeo se lo desaconseja y le cuenta su propia historia.
Telémaco y sus compañeros llegan a Itaca. Presencian un presagio, un gavilán desplumando a una paloma entre sus garras, y Teoclímeno lo interpreta diciendo que la estirpe de Odiseo siempre reinará en Itaca. Telémaco
Canto XVI: Telémaco reconoce a Odiseo.
Atenea prepara el reconocimiento de padre e hijo. Telémaco ordena a Euneo que marche a la ciudad para comunicar a Penélope su regreso, y al quedarse solos Atenea convierte de nuevo a Odiseo en un hombre joven. Se reconocen por fin y traman un plan para matar a los pretendientes, Telémaco tiene que retirar del salón todas las armas excepto dos equipos completos para ellos.
Entre tanto, los pretendientes se enteran del regreso de Telémaco y el fracaso de su emboscada. Hablan vagamente de volver a intentar matarlo, aunque Eurímaco tranquiliza a Penélope.
Canto XVII: Odiseo mendiga entre los pretendientes.
Telémaco regresa a la ciudad dando ordenes a Eumeo de que acompañe a Odiseo al palacio para que mendigue entre los pretendientes. Allí conversa con su madre. Teoclímeo vuelve a afirmar ante Penélope que el héroe ya está en Itaca, y prepara la muerte contra los pretendientes.
Odiseo y Eumeo llegan al palacio y encuentran al cabrero Melantio, quien insulta a su amo. También ve al perro Argos, que muere después de reconocer a su dueño.
Odiseo entra en el mégaron detrás de Eumeo. Antínoo le insulta. Odiseo empieza a pedir comida a todos por orden. Antínoo le amenaza y le arroja un escabel. Penélope quiere
Canto XVIII:Los pretendientes viajan a Odiseo.
Iro, mendigo que andaba por todo el pueblo, resiente que Ulises se encuentre en el palacio, y lo provoca a una pelea. Para mantener su oculta identidad, Ulises trata de no llamar la atención y gana la pelea. Penélope le dice a su hijo que no debe dejar que los pretendientes traten así al huésped y a ellos les solicita le entreguen los regalos que le corresponden. Melanto, esclava de la casa que mantiene amores con uno de los pretendientes, zahiere a Ulises quien se enoja. Eurímaco también lo provoca pero Telémaco lo reprende.
Canto XIX:La esclava Euriclea reconoce a Odiseo.
Los pretendientes se van a dormir a sus casas. Odiseo y Telémaco se quedan solos y retiran todas las armas del salón, con lo que se anula el plan que habían tramado en la majada.
Conversación de Odiseo con Penélope, en la que aquel le da detalles sobre el regreso del héroe.
Penélope le ofrece baño y cama. Odiseo acepta que le lave los pies la esclava más anciana, quien reconoce al héroe por una cicatriz; éste la amenaza para que no lo descubra.
Finalmente, Penélope le cuenta un sueño que ha tenido, un águila matando a sus gansos, que no necesita interpretación porque el águila misma se identifica como Odiseo.
Canto XX:La última cena de los pretendientes.
El héroe se acuesta, pero no puede dormir. Penélope tampoco duerme, y pide la muerte a los dioses. Odiseo pide a Zeus un portento y un presagio, que corroboren la voluntad de los dioses de que mate a los pretendientes, y Zeus se lo concede.
Por la mañana Euriclea dispone el último banquete de los pretendientes. Mientras lo preparan, Odiseo es insultado de nuevo por Melantio, que lleva la cabras al banquete, pero comprueba la fidelidad de Filetio, que lleva los toros.
Los pretendientes contemplan un presagio, un águila apresando entre sus garras a una paloma, que los disuade de matar a Telémaco.
Comienza el banquete con nuevas vejaciones de los pretendientes a Odiseo, Ctesipo le tira una pata de buey que aquél evita. Los pretendientes apremian a Telémaco para que entregue a su madre a un pretendiente, pero éste se niega con avisabas. Entonces ellos rompen a reír a carcajadas impulsados por Atenea, y Teoclímeno, en tono profético, les predice su muerte.
Canto XXI: El certamen del arco.
Atenea inspira a Penélope que establezca un certamen entre los pretendientes consistente en tender el arco se Odiseo y pasar una flecha por el ojo de doce hachas puestas en fila.
Comienza el certamen el adivino Leodes, que se esfuerza en vano en tender el arco. Antínoo ordena a Melantio calentar un pan de sebo para suavizar el arco, pero ni aun así puede tenderlo ninguno de los pretendientes.
Entre tanto fuera del palacio Odiseo se da a conocer a Eumeo y Filetio y prepara un plan con ellos, que a unas señales cierren el salón y cubran las salidas.
En el salón sólo quedan por probar el arco Antínoo y Eurímaco, fracasa el primero y propone dejarlo para el día siguiente, pues se celebra en el pueblo la fiesta de Apolo.
Odiseo pide a los pretendientes que le dejen probar a él, y a pesar de las amenazas de los pretendientes, Eumeo se lo entrega a instancias de Penélope y Telémaco. El héroe palpa el arco, lo tiende y hace pasar la flecha por las doce hachas. A una señal suya se arma Telémaco y se pone a su lado
Canto XXII:La venganza.
Ulises se despoja de sus haapos y le dispara una flecha a Antínoo que cae muerto. Ulises les dice a los pretendientes quién es él y Eurímaco, le contesta que le asiste la razón, que los deje vivir y que cada pretendiente le devolverá veinte bueyes, bronce y oro para resarcir lo que ellos devoraron. Ulises lo mata. Telémaco va por armas para los cuatro y se desata la batalla. Melantio llega a donde están las armas y se las da a doce pretendientes, cuando va por más, es capturado por Eumeo y Filetio quienes lo castigan. Todos los pretendientes son asesinados, excepto Femio, el aedo, y Medonte, el heraldo. Ulises le pide a Euriclea, le diga quienes de las mujeres eran traidoras y le pide que las traiga para limpiar y llevarse los cadáveres. Doce fueron ahorcados y Melantio fue mutilado hasta que murió. La casa fue purificada con azufre.
Canto XXIII:Penélope reconoce a Odiseo.
Odiseo y Penelope.
Canto XXIV: El pacto.
Hermes guía a las almas de los pretendientes quienes le seguían temblorosas, donde éstos le relatan su suerte a Agamenón y Aquiles. Mientras tanto, Ulises va a casa de Laertes y lo encuentra triste y empobrecido. La noticia de la matanza se ha propagado y el padre de Antínoo llega a buscar venganza. Empieza una nueva batalla. Laertes mata a Eupites. Atenea y Zeus, ayudan a hacer una tregua y hacen que se selle para siempre la concordia entre ambos bandos.
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